EnglishEspañolDeutsch

Blog

Leonardo Prende con su Prendimiento

CARTEL DEL PRENDIMIENTO

Viene, cada noche de Domingo de Ramos, el Prendimiento -Jesús del Prendimiento y María Santísima del Gran Perdón, que así es como reza- de Capuchinos a Málaga; dobla con mucho esfuerzo la esquina de Ollerías con Carretería, se da una vuelta por el centro, y se vuelve de madrugada al barrio.

Así, más o menos, cada año, con mayor o menor dificultad (más de lo primero que de los segundo) en un peregrinar de muchos años. Desde la perchelera parroquia del Carmen, pasando por la extinta Escuela de Franco (de enormes frutos en la formación profesional) para anclarse, luego, en Capuchinos.

Y ahora, en el primer quincuagésimo aniversario de su bendición (1961-2011) viene Leonardo, Leonardo Fernández, y les pinta -porque corren tiempos de carteles y pregones- un cartel de lujo. Soberbio. Lleno de colorido y sensibilidad; simbólico y real; directo y emotivo. Jesús y Judas, como dos vecinos más, que sin estar, se elevan sobre el barrio del altozano.

Ocupa la parte central la imagen de Jesús, en el momento de la entrega, “¿Con un beso entregas al Hijo del Hombre?”( Lc. 47). Resignación y acatamiento, sumisión ante lo que va, inexorablemente, a venir. Postura de quien tiene que cumplir con lo escrito en la figura de Judas.

Hace Leonardo, en su realismo sobrecogedor, que floten sobre el barrio las figuras de Jesús y Judas; en el centro el águila bicéfala de san Juan y, a los lados,  monumentos tan emblemáticos como la alcubilla del agua en la esquina de calle Refino, y la plaza, con la Inmaculada porque Málaga proclamó el Dogma casi doscientos años antes que Roma. Y es que aquí somos así.

Entre nubes, la luna del mes de Nisán presencia un acto que sería el cambio de historia -historia personal para muchos- e Historia, la otra, para una parte del mundo. Y Leonardo se deja caer y lo cuenta, como quien no quiere la cosa, como lo hace él, con la sencillez de lo sublime, con la minuciosidad y precisión de lo bien hecho, con un canto que pregona el momento pletórico de facultades, en que se hallan el pintor y su obra.

José Morales

Esta entrada tiene 0 Comentarios

Escriba un comentario