Agua de Fuente en el Museo Carmen Thyssen
Como malagueño me llena de orgullo contar con el Museo Thyssen en mi tierra. Parte de la obra expuesta en este Museo ya la conocía. Aunque hay pinturas muy buenas, las que más han llamado mi atención han sido las de Guillermo Gómez Gil. Este pintor nació en 1862 en mi tierra natal, Málaga, y se formó en esta ciudad, siendo su maestro Emilio Ocón y Rivas, catedrático de Bellas Artes, que creó escuela en Málaga, dejando varios discípulos.
Gómez Gil se especializó en paisaje y marina, de hecho en estas últimas desprende una luminosidad impresionante, con reflejos de amaneceres o atardeceres excepcionales.
Siempre me he sentido fascinado por la pintura costumbrista, ya que es uno de los géneros a los que me dedico. Por eso me he fijado en ‘La fuente de Reding”. En esta obra el pintor ha plasmado los personajes, el borrico en primer término, y las mujeres llenando los cántaros y otro asno bebiendo en la fuente en segundo término. Y esa perspectiva del camino, que por entonces era una de las principales vías de acceso a la ciudad, el llamado camino de Vélez, en tercer término.
Es de destacar cómo este pintor muestra con precisión maestra la lejanía, dándole atmósfera. Si contemplamos esta obra de cerca podemos observar las pinceladas tan sueltas e impresionistas que tiene.
Para admirar un cuadro realista hay que tener una cierta sensibilidad, ya que su mera contemplación supone una terapia para el observador por la relajación que provoca.
En la fuente de Reding me sentí especialmente relajado. Casi me dieron ganas de acercarme al caño del agua a saciar mi sed.
Leonardo Fernández González
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