Leonardo Fernández, por J. Llop S.
Un algo especial recorre las telas de Leonardo Fernández como una brisa que sobre ellos se detiene. Basta ver su obra para descubrir qué es: es el aroma de la Andalucía sabia y serena, honda y profunda, poética y emocional, sincera y auténtica, todo ello convertido en pintura. Leonardo Fernández es un poeta que pinta, un soñador que deja correr, nunca galopar, la imaginación, un pintor de honduras que va más allá de la mera imagen, un sabio conocedor de la técnica precisa para convertir sus emociones y visiones en cuadros, conocedor de la gran verdad de la figuración personalizada como suprema piedra de toque que permite llegar a la obra personal. Es pintor de retos, del más difícil todavía, del brillante remate afarolado. No le es suficiente describir los suaves brillos de una porcelana o de una pieza plata situada en un conjunto de elementos completados por un paisaje como fondo o por la imagen entrevista de sus pintores adorados, los grandes maestro españoles; necesita que la límpida superficie devuelve, en juego de reflejos, la imagen mínima, con marchamo de miniaturista, del creador.
Con frecuencia en su pintura rinde homenaje a los maestros que admira; puede aparecer como fondo una obra de sus complejas composiciones, un retrato de Velázquez o de Picasso, demostrando el amplio abanico de admiraciones que Leonardo Fernández alienta. También con frecuencia plasma su tierra, su Málaga natal y amada, a través de unos escasos elementos que adquieren la categoría de símbolos, como puedan ser un cesto repleto de racimos de uvas que si bien no son elemento componente fundamental, si reflejan los sentimientos del artista. O puede ser un mosaico de recio sabor árabe, explicando pictóricamente con unas calidades táctiles sorprendentes y que hacen que el espectador avance la mano para dejar que las yemas de los dedos recorran lo pintado con la certeza que captará el relieve de unas cerámica que realmente son pura y auténtica pintura.
L. Fernández es pintor exhibicionista de facultades; podría elegir el camino fácil, o simplificar los temas, pero elige la ruta opuesta y se plantea en cada uno de sus cuadros una serie de dificultades técnicas que vence y supera con una sorprendente facilidad, que es la difícil facilidad que solo queda al alcance de los que han sido tocados por la gracia divina.
Dibujante expepcional, mimando todas y cada una de las pinceladas, recreándose en los juegos de suaves luces y sombras, conocedor profundo del color, de la técnica… Andaluz de raíces profundas, Leonardo Fernández nos descubre con su pintura la belleza que encierra lo cotidiano e íntimo, sabiendo convertirlo en universal.
J. Llop S.
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